Una red social es una estructura virtual de interacción dinámica entre sus usuarios. Éstas pueden tener enfoques empresariales, sociales o académicos, aunque las más populares son las de corte social, en donde el usuario puede publicar información personal como fotos, videos y los llamados "estados de ánimo", creando su propio "perfil".
Las redes sociales parten de la teoría de los "seis grados de separación", según la cual toda la gente del planeta está conectada a través de no más de seis personas.
El "negocio" para los sitios de redes sociales es el de conjuntar al mayor número de miembros posibles y esto lo han logrado ofreciendo diversas herramientas que garantizan la fidelidad de los usuarios como la búsqueda de contactos, la mensajería instantánea, el correo electrónico, la propagación de información personal, la opción de compartir fotos y videos y la mensajería instantánea en mensajes de texto.
Todas estas herramientas están en constante mejora para satisfacer el cambio de las necesidades en los clientes pues resulta de mucha conveniencia que los usuarios puedan hacer todo en un solo sitio.
La firma de investigación y análisis digital a nivel mundial "eMarketer" dio a conocer en enero de este año que el número de usuarios de Internet en México ascendía a 27.4 millones. De acuerdo con este estudio, a partir de 2007 México ingresó en el selecto top ten de naciones con el mayor número de usuarios en Internet.
¿Seguridad o inseguridad en las redes sociales?
Generalizar que las redes sociales son inseguras es una afirmación peligrosa que en dado caso podría ser aplicada principalmente a nuestro país en donde todas las herramientas sociales disponibles pueden ser empleadas de forma mal intencionada.
Si bien es cierto que publicar información personal como gustos, intereses, lugares donde se ha vacacionado, formación académica e incluso las amistades con las que se cuenta, construyen un perfil socioeconómico que puede dar espacio a la acción de la delincuencia organizada, también es cierto que en la actualidad contamos con la opción de aceptar o no la visualización de nuestra información a una parte o a todos los usuarios de la red social en la que poseamos un perfil.
Así mismo también podemos controlar el flujo de información disponible en la red, esto es partiendo de la premisa ¿qué quiero que los demás sepan de mí? Teniendo esto en claro nosotros mismos estamos forjando un cerco de seguridad de nuestro propio perfil.
Ahora bien, algo que no podemos controlar es quién tiene acceso al medio, pero sí podemos controlar nuestro uso del mismo, destacando las principales acciones:
- Leer las políticas de uso y privacidad de los diferentes servicios antes de utilizarlos. Esto es para saber si al hacer uso de estos servicios estoy cediendo o no la propiedad de mi información para su uso por parte del proveedor.
- Estructurar un perfil, con la información que consideremos apropiada. Valorar bien qué deseamos revelar y qué no.
- No colocar datos de contacto como: números telefónicos, dirección particular, lugar de trabajo, colegios a los que asistes, clubes a los que se pertenezcas, entre otros.
- Controlar el acceso a nuestra información. Aceptar gente que realmente sea de nuestro conocimiento y confianza, cerciorarnos de que son quienes dicen ser.
- Establecer una contraseña alfanumérica distinta a otras que podamos tener con otros proveedores de servicios como correo electrónico, banca electrónica, etc.
- No hacer pública información personal de terceros sin su consentimiento, a través de las "etiquetas" en fotos.
- No establecer lazos personales, familiares o afectivos al etiquetar fotos. Por ejemplo: "mis hijos", "mi novio", "mi hermano".
- No dar de alta a amigos de amigos, quienes son en realidad desconocidos para ti, es mejor no correr riesgos.
- Supervisar el uso que puedan darle a estas redes sociales los menores de edad.
- Reportar cualquier abuso o acoso que se pueda sufrir por parte de otro usuario de la red.
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